Versiculos Para Bodas Y Matrimonios Solidos

-"Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor." Colosenses 3:18

-"En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno le sería al hombre no tocar mujer;

      pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido.

      El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido.

      La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer.

      No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia.

      Mas esto digo por vía de concesión, no por mandamiento.

      Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo; pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro.

      Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo;

      pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando.

     Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido;

     y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer.

     Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone.

     Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone.

     Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos.

     Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios.

     Porque ¿qué sabes tú, oh mujer, si quizá harás salvo a tu marido? ¿O qué sabes tú, oh marido, si quizá harás salva a tu mujer?" 1 Cotintios 7:1-16



-"Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor;

     porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.

     Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.

     Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,

     para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra,

     a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.

     Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.

     Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia,

     porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.

     Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.

     Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.

     Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido." Efesios 5:22-33



-"...pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios.

      Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer,

      y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno.

      Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre." Marcos 10:6-9